viernes, 16 de octubre de 2009

La competencia ha de vestirse de grandes valores personales


Hoy escuchaba una frase en televisión que me ha hecho reflexionar en una dirección muy clara: ser competente es necesario, pero no suficiente.

La frase es la siguiente: " Da igual lo bueno que seas(técnicamente), nadie contrata a personas que generan negatividad y mal ambiente de trabajo".

La competencia debe vestirse de grandes valores para que la aportación y los resultados transciendan más alla de lo visible.

Los valores conectan, unifican voluntades, dan sentido a la acción, son motor de fuerza en situaciones difíciles, sacan lo mejor de las personas y tiene un valor incalculable.


Enonces,¿Por qué premiamos las acciones sin importarnos su transcendencia?

Señores, señoras y empresas aludidas, no sólo los resultados visibles aportan valor al conjunto...

¿Que hay de la consistencia, de la unión, la dirección y el significado que aportan estos intangibles?

¿Acaso eso no merece una oportunidad?


Yo soy de aquellos que piensan que SÍ; que es sobre unos cimientos(valores) sólidos, donde se puede empezar a construir; que la competencia es cuestión de práctica y motivación, y los valores hay que traerlos de casa.
Yo apuesto fervientemente por personas con grandes valores, capaces de transformar lo que les rodea con pequeñas, pero valiosas acciones.

Mañana os contaré una historia que me cambió; una oportunidad a los valores que se convirtió en una apuesta exitosa a muchos niveles. Una experiencia que me enseño que todo es posible si se parte con un noble corazón y unas sanas intenciones; una experiencia que me hizo ser defensora del cambió personal y me mostró el maravilloso y gratificante camino de 'desarrollar personas'.

No hay comentarios:

Publicar un comentario